Las clases de francés y otros dramas de la vida.

¿A quién se le ocurre apuntarse a un curso intensivo en pleno verano? A mí, queridos, a mí. Como no podía ser de otra manera -pues a mi esto de ser amiga de Jessica me está calando hondo- fui corriendo a apuntarme a francés. Tres días a la semana y 4 horas por día hacen un total de 12 horas. Pero si seguimos multiplicando viene a querer decir tres cosas:

              1. Voy a hacerle la competencia a Blancanieves. ( Te puedes quedar los enanos, querida- que yo soy demasiado alta para eso. Y como mínimo pido esto.

              2. Que eres masoca. Y lo se, porque después de encerrarme a estudiar todo el curso decido descansar estudiando más.
              3. Lo mismo aprendes a medio defenderte con el francés y todo.

                                   

                                                      

Pues no, no lo era. Prácticamente mi verano va a consistir en arrastrarme  hacia el aula oculta  en el que damos clase, digna de Hogwarts- porque yo por las mañana no camino, me arrastro.
Francés sí que estoy aprendiendo sí, porque claro alguna ventaja tendría que tener. Y, claro desde que dije en mi canal que me apuntaba a francés, me estáis mandando emails en los que me preguntáis por si me voy a ir de ERASMUS. Así que no me he podido resistir a aclarar lo  que viene siendo "LA PREGUNTA" para muchos de los que no os perdéis mis vídeos. No se ni que voy a comer mañana, así que no os quiero ni contar si me voy a ir de Erasmus. No lo se, señores. Y lo que os preocupa todavía más, en el caso de que me vaya, tranquilos que os lo contaré todo.